Hablar de empleo en esta época es
muy complicado. Complicado porque lo que sabemos y lo que vemos en nuestras
realidades cercanas es poco alentador. Incluso lo que sufrimos en nuestras
propias carnes y la de nuestros seres queridos. Existe agobio y desesperación.
A veces puede parecer que no hay salida, que no hay solución.
Sin embargo, la buena noticia es
que no hay nada perdido pero no podemos mirar hacia el futuro ni afrontar
nuestros retos profesionales con los mismos ojos, o la misma mirada, con la que
lo hemos hecho hasta ahora.
Estamos ante un cambio de época.
No ante una crisis. Un cambio de época supone una revolución en todos los
niveles. El futuro ya no es lo que era y, por supuesto, ya no es como nos lo
habíamos imaginado. Estamos ante una época de cambios y cuando llegan estos
momentos, o cambiamos, o el cambio nos arrolla. Y es que cuando teníamos todas
las respuestas, van y nos cambias las preguntas. Por lo tanto, esperar que todo
vuelva a su sitio es una fantasía. Nada va a volver a ser lo que era y nos
enfrentamos a nuevas realidades que, además, somos responsables de construir.
Es desde esta perspectiva desde
la que debemos afrontar nuestra búsqueda de empleo y, desde donde debemos
analizar quienes somos y como encajamos en estas nuevas realidades.
¿Existe trabajo? Por supuesto.
Pero, ¿Para quién? y ¿Por qué? Esta es la cuestión.
Las nuevas realidades son las que
marcan los nuevos nichos de empleo. Trataré de explicarme. ¿Existe trabajo para
los graduados en derecho? Claro que si, preferiblemente para aquellos
especializados en derecho de las telecomunicaciones, medioambiental,
aeronáutico…. ¿existe trabajo para los graduados en finanzas? Calor que si,
preferiblemente para los especializados en fusiones y adquisiciones,
controllers, etc… ¿existe trabajo para la gente que sabe de marketing? Por
supuesto, pero preferiblemente para los especializados en redes sociales,
internet, etc… Es decir, trabajo existe, pero las nuevas realidades han traído
nuevos puestos, nuevas funciones, nuevos trabajos que requieren de nuevas
competencias por parte de las personas que buscan empleo.
Hoy, por ejemplo, uno de los
grandes nichos de empleo en el campo de la internacionalización en la empresas.
Muchas empresas, especialmente en Andalucía, buscar salir a nuevos mercados y
precisan de nuevos profesionales que los ayuden en esta tarea. Esto está
generando muchos empleos, pero ¿hablas idiomas? Porque si no hablamos idiomas
tenemos un problema serio, por ejemplo.
Luego, por lo tanto, en un época
como esta tenemos que hacer un análisis riguroso de nosotros mismos y observar
si tenemos o no encaje en estas nuevas realidades.
Esta es una tarea prioritaria
para todos aquellos que están buscando trabajo en estos momentos. Hay que coger
un papel en blanco y pensar y escribir sobre quienes somos, qué sabemos hacer,
cuales son nuestras competencias, nuestros puntos fuertes, nuestros puntos
débiles, que podemos aportar, etc…. Es un ejercicio ineludible para los que
están en búsqueda de empleo.
Y cuando tengamos este ejercicio
hecho y hecho con realidad y objetividad, entonces, tenemos que analizar si lo
que somos y sabemos, encaja con lo que el mercado y las nuevas realidades
necesitan.
Si ese encaje existe, entonces es
una cuestión de tiempo y de buscar el enfoque más adecuado en nuestra búsqueda
de empleo. Podrán ser más fácil, o más difícil, pero al final, cuando encajas
con lo que se busca, se consigue. Es una cuestión de tiempo.
El problema surge cuando lo que
eres o lo que sabes, NO ENCAJA con las nuevas realidades ni con lo que se pide
en el mercado. Entonces, al igual que comentábamos al principio del artículo,
sólo hay una solución: CAMBIAR, TRANSFORMARNOS. En muchos casos empezar de
nuevo.
Esto es difícil, pero si no lo
hacemos nos estaremos dando contra el muro de la realidad y nos seremos capaces
de salir de esta situación. Cambiar no es fácil. Nos da miedo. Supone salirnos
de nuestra forma de confort para enfrentarnos a nuevas realidades, pero es
básico para poder sobrevivir. Pongo un ejemplo abstracto pero que ilustra mi
reflexión. Supongamos que eres especialista en educación infantil y tienes
experiencia de trabajo con niños y lo que ha ocurrido es que ya no hay niños.
Puedes seguir intentando trabajar en ello, pero la realidad es que no es
posible porque ese modelo se ha agotado. Es mejor que busques otra salida y cuanto
antes mejor. Otro ejemplo: supongamos que un requisito ineludible para trabajar
en el entorno empresarial es saber idiomas y tú nos los hablas. Tenemos un
problema, ¿verdad? ¿Qué vas a hacer ante esto?
Es muy importante ser conscientes
de la realidad y hacer el ejercicio que propongo. Tenemos que saber si
encajamos o no, y si no encajamos, tendremos que darle un giro a nuestras vidas
y buscar caminos alternativos. Eso no será fácil, pero es el único camino para
afrontar esta situación. No podemos esperar que nadie venga a salvarnos.
Tenemos que tomar las riendas de nuestra propia existencia y afrontar estas
decisiones difíciles.
No es tanto que no haya trabajo,
como que mucha gente no tiene encaje. Esto es serio y hay que tomar decisiones
que no son fáciles.
La buena noticia es que, de
verdad, están surgiendo nuevas, grandes y buenas oportunidades. Pero no podemos
sentarnos a esperar a ver si esas oportunidades encajan con nosotros, sino
hacer lo que tengamos que hacer para que nosotros encajemos con esas
oportunidades.
Es decir, esto funciona
exactamente al revés de como mucha gente lo está enfocando. EL cambio es
ineludible. Sólo así saldremos de esta triste situación.